jueves, 29 de septiembre de 2011

El Sacrificio es un acto de amor

Fue hace algunos años
en el sureño pueblo de cobquecura
recién habiamos llegado y ya ibamos cuesta arriba alejándonos de la costa para adentrarnos en la espesura vegetativa
la vista era hermosa
a él de pronto se le transfiguraba el rostro
y yo ya comprendía lo que venía
bastaba que moviera sus manos lentamente para atraerme hacia si
era una orden que me hipnotizaba
eran nuestros códigos
esa cara de maniaco y esos gestos que me llamaban hacía que yo me diluyera por dentro
nunca pude ni quice decirle que no

cuando vió una piedra plana entre el pasto muy verde decidió follarme ahi mismo
a plena luz del día
yo estaba complacida y halagada de ser la víctima elegida
me sacó toda la ropa y comenzó el rito sobre la piedra
sentía tibiesa por doquier
su espada hacía estragos en mi vientre y culo
asimismo mi espalda sangraba sin darme cuenta producto del roce con la piedra
nunca me importo que tan grande era su poronga
mi cuerpo era el perfecto receptor
y su vara fálica digna de veneración
nunca claudicaba

Mi sangre quedó en la roca impregnada
en mi cuerpo quedaron las marcas de aquél lunático
y en mi mente el sexo normal ya dejó de serlo

1 comentario:

Cristián Kristian . dijo...

Tú lo has dicho, hermana, es un acto de amor. Amen.