domingo, 15 de junio de 2008

El viejo del diente

El viejo de 93 años del siglo pasado no sabía distiguir entre una punx y una maraca, eso pude darme cuenta cuando al pasar por su lado, con mi portaligas, mi falda de encaje transparente y mi polerita ajustada, me ofreció conocer "sus muebles".

Que truco más raro pensé yo, debe ser del siglo pasado..., me preguntó por mi esposo, y como le señalé que no estaba casada, se vió alentado a cortejarme, eso me daba entre risa y asombro, hasta que punto el deseo sexual puede ser tan fuerte en la mente de un hombre, me decía "deme un besito", y yo pasaba por su lado sonriendo, y mirando fijamente su gran diente.

Si, solo tenía un diente, un diente que sin el obstáculo de los demás había crecido a su antojo, yo me imaginaba como sería besar una boca sin dientes, muy suavecita pensaba yo, el diente luego me lo podría enterrar en las tetas y donde su boca me lo pusiera (en todo el cuerpo) y casi lo sentiría como un piercing, no sería nada de mal...

Si tan solo tuviera 83 pensaba yo, ja ja ja,

El mismo me dijo su edad, orgulloso y sin reparos, seguro fué un potro en su juventud, la vida le castigó conservándole un alma apasionada en un cuerpo débil,...y bueno, que se yo, tal vez era un potro aún...

En momentos de ociosidad me gustaba imaginar que follaba con el viejo, y entonces yo hacía lo siguiente, ...., me desnudaba entera y dejaba que el viejo me lamiera entera, no tenía dientes, pero lengua si, y seguro muy ancha, ..., entonces yo muy parada dejaba que el viejo me lamiera y se desesperara, lo que más me excitaba era imaginar que no paraba de lamerme entera, que se pusiera nervioso, que estuviera agradecido de la vida, que no supiera donde tocarme o que me tocara entera, que finalmente no acabara porque estaba seco, pero una sonrisa de gratitud iluminara su rostro

No hay comentarios: